La vida es demasiado corta para beber malos vinos, Hubrecht
Duijker.
Siguiendo con la
línea de esta frase os recomiendo un apetecible lugar, desenfadado y sin pretensiones
en donde encontraréis desde las botellas de vino más humildes hasta las más
espectaculares.
Además de
diferentes tipos de cerveza y una carta no muy amplia pero con mucho jugo, sin
olvidar los platos de cada día que no tienen desperdicio.
Sitio frecuentado
junto a varios amantes del vino, mi primo Santiago, mi padre, mi madre y Carlos,
aunque a mí me guste más el blanco… siempre ganan ellos y pedimos tinto. Como
peculiaridad siempre tienen dos o tres vinos de bodegas poco conocidas, incluso
de D.E.O muy interesantes.
Sin que sirva de
precedente, en este caso, os obligo a probar dos platos que al menos a mí y a
mi entorno nos dejan sin palabras:
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Salmorejo de almendras con centollo.
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Paletilla de cordero deshuesada con vainas,
espinacas y sésamo.
No soy ni de salmorejo ni de cordero, pero aquí están realmente buenos ambos.
Entre los platos de la carta también destaco los mejillones al vapor con salsa tártara de
algas
Pero os animo a que os atreváis con los platos del día, suele haber revueltos con super pintaza y alguna que otra sorpresa.
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Gamuza (seta) con verduritas y huevos de corral. |
Os invito a que vayáis, aunque no se puede reservar y suele tener bastante gente, pero si vais a buena hora podéis coger sitio.
Ubicación: C/ Ferraz, 36. (Princesa)
Precio medio por persona: 20 Euros (con un vino normal claro está)